martes, 4 de diciembre de 2012

Kermit, su Autoficción y el Teatro Echegaray


Hola Voladoras,

Resulta que si un señor como Kávafis te insta a pedir que el camino sea largo y que llegues a puertos desconocidos con placer y alegría, definitivamente, nosotras seremos buenas y le haremos caso.

Aquel jueves 23 de noviembre comenzó tranquilo, avanzando con movimientos moderados hacia la noche, que llegaría con una ruptura cerebral total. Kermit presentaba su último y esperadísimo disco, AUTOFICCIÓN, provocando a las presentes, una necesidad intensa de autofricción. Como bien dijimos, se nos empujó a partir de Itaca, dejando bacanales y jolgorios en los que sobra el aceite de untar, para adentrarnos en esta orgía rockera, postmoderna, barroca y espléndida.


Origami fue el primer movimiento, la primera pequeña muerte. Aparecieron en el escenario del teatro Echegaray los señores Seguí y Presa con sus guitarras, Trujillo armado con su bajo y el deseado Parada (no, este no) con su batería y demás artilugios repiqueteantes. Pliegue a pliegue fueron formando sus figuras sonoras, mezcladas y revueltas con una sesión variada de  videoarte, que se fue proyectando sobre sus cabezas borradoras creadoras. Como habréis notado, el rollito freak-geek nos pone. La mezcla de música bizarra con esa pasión por lo gráfico aturdió, like the cocaine, a todos los amantes de lo gafapástico que nos reunimos para tal célebre ocasión, y es que combinar a Blu con Betty Boop (una de las nuestras), solo se les puede ocurrir a unas pocas y privilegiadas mentes voladoras sureñas.






Asemejándose a los típicos encontronazos de baño de avión, siguieron los pertinentes movimientos… de lo suave pasaron al “dale duro mamita” con temas como Aicnelav, dedicado al lugar de donde provienen los mejores arroces con bogavante y esa agüita naranjilla embriagadora de la tierra. Hubiera sido un momento ideal para habernos sacado la petaca del bolsillo y seguir disfrutonas con el tikitikitiki inicial de Karate, pero somos gente decente … y no lo hicimos.

Durante el fallo típico del equipo de sonido la pausa, se dieron los oportunos felices agradecimientos. Punto en el que nos ponemos serias, pues Paco Trujillo también lo hizo en su momento, reivincando una escuela pública de todos para todos. Todo nuestro apoyo a la causa. Ahora bien, retomando nuestra calenturienta mentalidad, la duda nos asalta desde entonces… si tiene el corazoncico tan grande……………………………………..................................... ahí lo dejamos.







Y como todo lo bueno tiene que acabar, estos guaperas pasaron a ese punto clave de un buen concierto, el de mimetizarse con sus instrumentos (no me digáis que no habéis pensado lo mismo que nosotras), dejando atrás versos de una gran Patti Smith o un rebelde Huysmans y temas de nombre místico como Manu Samhita o Mahabharata. El concierto-presentación llegó a su fin mientras el público seguía boquiabierto, ojiplático y anacronopético. Había ocurrido, como un salto bomba en el mar verde, la niña se había puesto su mejor escote y salía de fiesta loca por primera vez en Málaga encandilando al personal.

Una vez más, gracias Kermit, Itaca RECordar, no nos costará




PD: Hemos de decir que nuestro batería estrella, Álvaro, siguió agitando a las masas, que le pedían desde las alturas que se quitara los pantalones (es mentira pero nos hubiera gustado). Y es que un tipo que conoce la forma perfecta de colocarse un gorro de (post)moderno y es capaz de tocar en cualquier situación, ya sea una presentación de un disco o el concierto de los vecinos portugueses que se dejaron a su percusionista arriao en una cuneta del camino, es digno merecedor de nuestro follable point (guiño, guiño).

Larga vida a las B.V
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sábado, 1 de diciembre de 2012

Bigott en concierto Máximo


Hola voladoras,

El pasado jueves estuvimos en La Cochera Cabaret viendo a Bigott gracias, de nuevo, a que a las chicas de Almma le gustan de todos los tamaños y tienen para todos los gustos, máximos y mínimos. Esta vez tocaba conocer el primer máximo organizado por estas preciosas gestoras culturales.

 
Pocas presentaciones le hacen falta a Bigott pero, aun así, intentaremos describiros a esta panda de personajes:
  • Paco 100% Loco, un clásico entre los clásicos. Se le ve el cartón y gusta de ponerse ropa interior femenina por encima de su propia vestimenta. Su apodo le hace justicia a su apariencia.
  • Muni Mami Camón, es la churri de Paco Loco (lo sentimos chicas, está pillado). Su lenguaje no verbal transmite poca pasión en el directo, pero por el bote de Haribo sobre su teclado sabemos que sigue siendo una jovenzuela alocada.
  • Esteban Buenorris Extremus, prueba fehaciente de que del Puerto de Santa María solo salen cosas buenas, como el Monkey Week o el cocinero de Rota, que no es el puerto pero está cerca.
  • Borja Barbas Laudo, es Dude Lebowski sin pantuflas y sin el bigote manchado de ruso blanco (aunque confiamos en que estas diferencias se eliminen en la intimidad de su hogar). Lo mismo te hace la grulla que el baile del pañuelo. También se le ve el cartón.
  • Clara Follable Carnicer, es la churri de Mr. Bigotte. Tiene un rollete rockabilly y a sus 35 años está de toma pan y moja.  La cosa es que la muchacha es pintorita pero ahí está tocando el bajo y los cachivaches. Nos da igual si es por enchufe, la oportunidad de verla menearse bien lo vale.

El concierto empezó flojete, la gente no estaba por la labor de aplaudir mucho, pero pronto comprendimos por qué peligró el suelo de cristal en su Mínimo: Bigott tiene temas altamente bailables. El único problema es que como el único que menea el culo en el escenario es Borjita, el cual ha hecho un curso de bailar ritos salvajes a destiempo, acaba contagiando su estilo a las primeras filas. Por lo tanto pudimos observar a un grupo de epilépticos espasmódicos al lado de un señor borracho fumándose un señor porro en primera fila.

Los clásicos sonaron y empezaron a salir manos por encima de las cabezas, armadas con móviles de última generación. Pudimos comprobar dos cosas: que la blackberry sigue teniendo una pésima calidad de grabación y que al barbas le gusta posar. Se busca a la chica de la primera fila para la que Borja realizó un repertorio de gestos faciales dignos de un vídeo viral de YouTube.

Llegaron los bises y con ellos un intento de pelea entre dos asistentes. Solo conseguimos entender la frase “zortarme que zolo quiero hablá con é” por lo que podemos afirmar que Bigott también tiene fanes canis. ¿Acabará siendo como el leopardo: un punto de unión para pijas, chonis y punkis? Desafortunadamente la pelea no provocó rajaduras de camisa ni torsos desnudos, así que el concierto llegó a su fin con una divertida clase de aerobic al ritmo de Cannibal Dinner, con Paco Loco luciendo nuestras bragas voladoras. Y quien no bailó fue porque no quiso.

 
Larga vida a las B.V.